lunes, 31 de diciembre de 2012

Sectorización de la Visión Venezolanista



La visión de la periferia política debe ser amplificada, si bien es cierto que la nación exige para el desarrollo patrio una reunificación sociopolítica y la institucionalización de la democracia, también es muy cierto que nuestro mensaje ha sido dirigido con un lenguaje muy limitado, que poco asimila las particularidades de cada uno de los estratos sociales. El rol pedagógico de la dirigencia política nacional se hace cada vez más preponderante en esta era, y  aun proclamándose a los cuatro vientos el fin del analfabetismo en todo el territorio nacional, atestiguamos el crecimiento de una suerte de oscurantismo político en las grandes masas del país, esa condición ratifica la inminente revisión de la didáctica de los agentes de organización social, que por medio de ésta se promueva la capacidad de entendimiento y de superación de los clivajes políticos que estamos viviendo los venezolanos.

Asimismo, se refleja la importancia de una alternativa a la lucha de clases como política de Estado en Venezuela, este juego contribuye a la gran polarización que desvirtúa el sano desarrollo nacional. Por tanto, se hace fundamental la presentación de un programa serio, mediante el cual confluyan todas las clases sociales dentro de un entendimiento masivo y así se permita el crecimiento integral de la República como potencia en la región latinoamericana. Es el Policlasismo, como concepto venezolanista, el que constituye la base de organización de la sociedad lo que garantiza la igualdad de oportunidades para nuestros conciudadanos.

La efectividad del proyecto democratista se halla en la capacidad de nuestro mensaje, del lenguaje claro que le diga al pueblo acertadamente que podemos vivir un crecimiento económico sin atentar contra los desfavorecidos de la sociedad, que es imprescindible atacar sistemáticamente las miserias y precariedades de la pobreza y que se pueden perfeccionar las políticas sociales con programas que promuevan el crecimiento de todos los sectores sociales.

El mensaje de la dirigencia nacional tiene que ser deductivo, no puede quedarse en lo general, se debe sectorizar el planteamiento con un lenguaje más identificador con todos los agentes de la sociedad, para así garantizar el fortalecimiento del contenido programático necesario para el advenimiento de un futuro sólido.

El Sector Campesino debe saber que hoy día, a diferencia de aquellos oscuros momentos históricos de pasados siglos, su gran explotador es el actual aparato –antinacional- del Estado, que traiciona la buena e incansable voluntad de nuestros campesinos, envolviéndolos en una burbuja de cristal sin considerar que inevitablemente, más temprano que tarde, les estallará en la cara esta realidad a este noble, pero importante sector.

Los grandes Sectores Populares están ávidos de ser interpretados por un Plan Claro que les proporcione calidad de vida y el mejor acceso a los servicios, con un mensaje complementado de acciones que coadyuven, principalmente, a nuestra juventud en la disminución de las probabilidades de entrar en el mundo de violencia y la delincuencia que infligen tanto daño a la integridad de nuestro pueblo.

El vasto Sector Trabajador y Obrero es el más afectado, es la fracción más importante de todo el eje productivo nacional, por ende, las propuestas más sólidas en cuanto a libertades sindicales y las mejores condiciones de trabajo que respete y eleve la dignidad de todos nuestros trabajadores y obreros. No es posible que este sector sea sumergido en el chantaje hegemonista de una dirigencia irresponsable, que a duras penas tiene una visión cortoplacista y ya no sorprende con su incapacidad para proponer políticas de desarrollo palpable y sin condicionamientos electoreros.

Ahora bien, el Capital Nacional tiene que incentivarse para mejorar y aumentar la inversión en el territorio venezolano, con este sector se impone la necesidad de crear condiciones de alto consenso en función de acelerar el motor productivo, de retomar la vía de industrialización que nos lleve a los terrenos de la competitividad internacional.

Es una dirigencia pedagógica y venezolanista la que nos llevará a la victoria, es esta la condición que guiará a nuestro pueblo al desarrollo, sin ánimos de aspiraciones caudillistas que hacen tanto daño a la esencia del venezolano, pero con alto contenido estructurado, social e integrador que permita superar esta coyuntura histórica y nos enrumben a una Venezuela libre y de todos los venezolanos.   

Juventud, Acción y Democracia

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