sábado, 9 de noviembre de 2013

¿Revolución o re-Involución?

Entre los elementos que dan vida a la crisis venezolana, que es generalizada, encontramos uno que tiene ciertas particularidades parecidas al nacimiento de aquellos viejos imperios, o a los saqueos de las embarcaciones piratas de vieja data, e incluso parecidos con las barbaries vikingas en las conquistas de parte de la Europa en vías de desarrollo, claro con un gran punto de diferencia en sus características.

Pues la crudeza con que germinaron los vastos imperios de la historia de la humanidad dieron como resultado el refinamiento de las civilizaciones, por otra parte estuvieron los grandes saqueos de aquellas fuerzas piratas, que no se identificaban con ninguno de los incipientes estados o reinos, muy por el contrario actuaban en nombre propio sin distinción de estamento jurídico o social alguno, simplemente con la necesidad de posesionarse de lo ajeno. También están las barbaries vikingas que de la forma más cruda se adueñaron de territorios acabando con todo a su paso, imponiendo una forma de vida y un nuevo linaje que definiría parte de la historia del viejo continente.

Creo que esto describe, en parte, lo que está viviendo actualmente el pueblo venezolano, un Estado de barbarie, sin ley, y que involuciona de la civilización a pequeños subgrupos que día a día pierde más confianza en sí mismos, por las penurias que vive nuestra ciudadanía se va sembrando el miedo pero con pequeños aditivos de cólera social que hacen de la situación una bomba de tiempo.

No pretendo con estas palabras hacer de las funciones de un sociólogo, ni mucho menos las de un brujo que dicta predicciones políticas aprovechándose de la vulnerabilidad del desespero de mucha gente, mas bien, a través de este medio, trato de dilucidar sobre lo que ocurre, y antes  de seguir escribiendo sobre lo que a mi juicio se deba hacer para salir de la crisis que nos hunde, me gustaría encerrar en una palabra descriptiva lo que representa el actual Estado bajo la dirección de los hijos de un tal gigante(que no merece ni la inicial en Mayúscula), es este un régimen HAMPÓCRATA, creo que es la palabra descriptiva más acertada.

No es la primera vez que en nuestra historia republicana el pueblo pase por las penurias del gobierno de las bandas armadas autodenominadas ejércitos revolucionarios, el siglo XIX estuvo plagado de este tipo de caudillismo y malandraje constituido como la magnanimidad de la política caribeña, sin embargo el Estado Venezolano del siglo XX experimenta cambios estructurales que permiten el pacifico desarrollo del hombre ciudadano, pero ahora observamos el Estado del nuevo milenio y se nos parece mucho más al germen de la barbarie que la concepción del Estado que define la América Latina actual, nada parecido a la Venezuela modelo de la democracia del Cono Sur.

La Hampocracia la podemos concebir como el gobierno de los delincuentes organizados bajo la figura de un partido, y que dentro de los esquemas de la fuerza y del chantaje constituyen paralelismos en los factores del poder constituido para llevarse por delante los intereses colectivos y superponer la saciedad de sus ilegitimas y hasta ilegales “necesidades”, la complicidad más que aparente entre el gobierno y grupos de interés de la delincuencia organizada están llevando a los limites del caos a la sociedad venezolana.

Cuando la gente voltea a las instituciones nacionales se siente confusión en la mirada, no se sabe cuáles son las instituciones que gobiernan este país, que cuando tienen que acudir a las legítimas instituciones no saben si llorar o reírse porque no sienten la seguridad de que el Estado garantice la “mayor suma de felicidad posible”, porque lo que establece nuestra Constitución es una cosa muy distinta al orden nacional,  el cual tiene uno de sus tentáculos en las cárceles venezolanas, de eso si está segura la gente, que muchas de las órdenes que siembran el terror en la población salen de allí. Otro tentáculo se encuentra en las descompuestas fuerzas armadas, sí, las fuerzas militaristas que esta fuera de los cuarteles, las que en estos momentos toman las decisiones incluso por encima del ejecutivo nacional, que aparentemente- más que la defensa de la nación- les interesa defender sus parcelas de poder, antinacional y tan parasitarias como los regímenes mantenidos por el dinero de los venezolanos.

Pero algo que si no puedo dejar de expresar es que aún queda una Institución que si depende directamente del pueblo, esa institución es el voto, entiéndase bien, el voto, sin ánimos de confundir éste con el Poder Electoral, y más bien aclarando que el fortalecimiento de la Democracia Venezolanista encuentra su fuerza en la fe del ciudadano para con esta forma de vida. Estamos en una etapa de Resistencia, en la que los hampócratas son instrumentos de su propia destrucción, pero la impaciencia y el desespero también puede ser causante de un remedio peor que la misma enfermedad.

Seamos artífices del rescate de la Venezolanidad, comenzando por fortalecer nuestros valores y no doblegar nuestra dignidad por tres lochas, y tampoco en cometer los errores cíclicos de solo fijarse en quitar a la persona que se sienta en Miraflores sin tomar en cuenta el resto del entorno. Sin perder de visión los objetivos continuemos RESISTIENDO!!


Juventud, Acción y Democracia