Desde la llegada al poder
por parte de la camarilla del régimen se ha venido desarrollando un discurso
cargado de retórica bolivariana, revolucionaria y nacionalista, es decir, la seducción
verbal de todas las pasiones capaces de encender lo más crudo y descarnado de
la visión y acción de nuestra sociedad.
Es un discurso belicoso el
utilizado por la variada y colorida vocería oficial del régimen que nos
gobierna, enmarcado en una lógica de “lucha de clases”-aplicada sistemáticamente
por los comunistas del extinto imperio soviético- hecha toda una melcocha del
pensamiento político se ha impuesto un lenguaje poco convencional para lo que
estamos acostumbrados los venezolanos.
Ahora bien, si tomamos en
cuenta algunos de los términos del pintoresco léxico utilizado por la
dirigencia oficialista nacional, así como por los miembros del partido de
gobierno, podemos conseguirnos con conclusiones muy interesantes. Cabe destacar
que mucho de este lenguaje charlatán se justifica en un periodo de descontentos
de la sociedad venezolana altamente vinculados a los procesos de cambio en el
orden internacional que al mismo tiempo fueron congelados y encapsulados en una
burbuja para tener una razón de ser, de actuar, en fin: de existir.
Es casi obligatorio escuchar
en cualquier declaración o discurso de algún vocero oficialista la palabra ANTIIMPERIALISMO
refiriéndose directamente a EEUU como la causa de todos nuestros males, si bien
es cierto, Norteamérica tuvo una actuación poco memorable durante la historia contemporánea
de América Latina, también existen otras formas de imperialismos que los trovadores del gobierno han acariciado desde la época del intento de Invasión de
Machurucuto en 1967-por ejemplo- auspiciado por la dictadura cubana a la vez ligada con la extinta URSS(Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas).
Hoy vemos cómo bajo estas
consignas se traiciona el propio discurso utilizado por la dirigencia
oficialista, cuando han hipotecado el futuro de la República al imperialismo
chino y al ruso con un nostálgico recuerdo de la Guerra Fría. Defienden con
fervor la dignidad de la isla invasora mientras que juegan a la cuida con el
propio pueblo de Venezuela.
Se elevó el inconstitucional
concepto de Poder Popular, estrechamente asociado a la LUCHA DE CLASES, que
tiene su origen en la crisis del 89´ con el cual justifican la satanización de
la propiedad privada, la creación de riquezas y el desarrollo individual. Al mismo
tiempo, dentro de la estructura social introducen elementos de igualitarismo
hacia la miseria cultural y económica bajo chantajes para el libre acceso a
bienes y servicios de los conocidos sectores populares. La lucha de clases está
basada en la alimentación conflicto social para erradicar la relación “dominante/dominado”.
Pero con esta charla el mayor logro que han promovido es el enfrentamiento
entre venezolanos, divisiones familiares y desconfianza entre la población.
Recientemente se ha escuchado
a los cerebros económicos del régimen hablar de MODELO SOCIALISTA PRODUCTIVO,
haciendo alusión a los mecanismos a utilizar para salir de la crisis (Generada
por las propias políticas económicas del periodo chavista). Es raro escuchar a
los jefes conductores de la economía vociferar sobre alternativas al “modelo
rentista” cuando la base económica del gobierno ha sido el petróleo y su renta.
Además, se predica la profundización del control de precio, control de venta,
control de compra, control cambiario, etc., como mecanismo de defensa para los
sectores desposeídos, con el que irónicamente han logrado hacer que el pobre siga siendo más
pobre; mientras que el rico se hace más rico y nace el nuevoriquismo amparado
en las mafias y el contrabando del “aparato controlado” por el Estado.
Estos tres son algunos elementos
discursivos que hacen posible ver la correlación entre lo que el régimen-bajo
su monopolio mediático- piensa, dice y hace. Contradictorio en algunos aspectos
ya que demuestra su desconfianza en los venezolanos e intransigente para
aceptar incompatibilidad de particularidades de nuestra sociedad con modelo
castro-comunista. Esta retórica ha terminado por frustrar la autoestima y la
confianza de nuestro pueblo en nuestras instituciones, nuestra economía,
nuestra justicia e incluso en nuestras capacidades individuales y colectivas
para lograr lo impensable, en definitiva, alcanzar lo inalcanzable.
Definitivamente es una misión
de todas las fuerzas vivas recuperar la confianza y el autoestima de Venezuela,
esta empresa se define en una potente palabra: VENEZOLANISMO entendido como la constante voluntad de creación
cultural, política, social y económica que cada día añade elementos a la
esencia que identifique al pueblo con lo nuestro, generando confianza en
nosotros mismos y para de esta forma darle nacimiento a la responsabilidad de ser cada día más
ciudadanos decididos a esforzarse por el bienestar del país y menos pobladores
que ocupen de forma estéril e indolente el territorio nacional.
En conclusión, como respuesta discursiva al régimen, nuestro país será
progresista en la medida que: el Antiimperialismo deje de ser selectivo y a
conveniencia, cualquier ánimo de dominio sobre Venezuela debe ser condenado y combatido; adoptemos el Policlasismo, interpretado como un modo de
reconocimiento e interrelación de la ciudadanía mas allá de los estratos sociales y como
respuesta antagónica a la confrontación de pueblo contra pueblo; y aceptemos
que el modelo de superación económica nacional debe reconocer la coexistencia de tanto Mercado como sea posible bajo la supervisión de tanto Estado-libre y equilibrado- como sea necesario, de lo contrario, los bienes y servicios seguirán haciéndose mas caros y para rematar continuarán desapareciendo del mapa.
Recordemos siempre que "Este país es de todos, tenemos que hacerlo todos" como lo dijo Rómulo
Betancourt.
Juventud, Acción y Democracia
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