lunes, 19 de mayo de 2014

Bienestar y Justicia

Bienestar y Justicia, son las palabras que, en resumen, definen las aspiraciones de nuestra gente a esta hora entrampada para la sociedad venezolana. Estamos todavía comenzado a recorrer el siglo XXI, sin haber dejado atrás- y sin desconocerlo- al viejo siglo, al de los conceptos del mundo polarizado en plena Guerra Fría, los conceptos de Imperialismo y su antítesis, el Antiimperialismo se han redimensionado para nuestra lucha. En el afán del régimen de justificar su dizque revolución, de manera miope, insiste en cobrar factura al progreso, de pasarle el hacha a la autodeterminación de nuestra Venezuela.

Ahora nuestro pueblo se bate entre el imperio del hampa desatada, de la escases de dignidad, así como de la corrupción institucionalizada en el cadivismo que no termina de morir. Son una pequeña muestra del gigantesco enemigo de la venezolanidad.

La discusión en las calles es directa, la pseudo-revolución atenta directa y constantemente contra nuestra justicia, confunden el imperio de la ley con el imperio del chantaje y condicionismo a nuestro propósito de mejores niveles de vida. La utilización descarada del poder judicial muestra como tarjeta de presentación el poder de ajusticiamiento de todo lo que al moribundo régimen le pueda estorbar.

El sentimiento de humillación popular se hace notar sin pena y sin vergüenza, es eso lo que reclama el ciudadano, no hay coherencia entre ese mencionado “modelo socialista productivo” y los alarmantes índices económicos: precios de los productos más altos que el precio de la vida, no se consigue en los anaqueles lo que se necesita, el bolívar fuerte con las patas flacas y desnutridas, y para colmo nuestra juventud, que tiene todas las ganas de trabajar, no avizora un futuro claro para producir el desarrollo que el régimen quiere dejar de enseñar en nuestras aulas de clase.   

Bienestar es lo que queremos, eso se traduce en el goce y disfrute de la tranquilidad de ir a un hospital en donde nos proporcionen atención a nuestra salud sin que se tenga que pegar una carrera a buscar gaza donde no hay, de la tranquilidad de ir a cualquier abastecimiento y conseguir los pañales y la leche sin hacer una indignante cola, y como no pensar en la tranquilidad de ir a cualquier oficina del Estado sin la desconfianza ocasionada por la corrompida ofensiva a nuestra inteligencia.

Está sobre el tapete la discusión de los esquemas de la Democracia, el régimen sostiene, con su solido andamiaje de naipes, que el origen de su poder es democrático, tomando en cuenta que mediante el sufragio universal, directo y secreto (conquista de los esputados partidos “tradicionales”) han obtenido el voto de “confianza popular”, el cual utilizan como cheque en blanco para secuestrar todas nuestras instituciones. Por otro lado está la otra cara de la Democracia, el ejercicio de la misma, es decir, la suposición de que este sistema es la respuesta a la tiranía del poder por el poder, el establecimiento de la gobernabilidad mediante el reconocimiento de los sectores como fuerzas vivas nacionales.

Este debate devela la insistente vocación militarista del régimen, permitiendo que personeros tozudos de nuestras fuerzas armadas ostenten el poder, tergiversando los fines progresistas de la democracia y disminuyendo deliberadamente el papel importante que debe jugar el pueblo civil en la orientación de las instituciones de la republica. No se compagina la militarización de la burocracia estatal con el pensamiento y la acción civil caracterizada por la relevancia de la Libertad identificadas estrechamente con la Justicia y el Bienestar.

El ejercicio de la Democracia o Democracia Material representa la evolución de nuestra sociedad, la superación de nosotros mismos, con la cual se puede garantizar, en el mejor sentido de la palabra, la Justicia traducida por el respeto al estado de Derecho y la despersonalización del poder; y el Bienestar expresado en mejores condiciones de vida.

El régimen militarista se reduce seguir provocando y creando cortinas de humo para desmovilizar la Acción Civil, estamos llamados a organizarnos para combatir el cortoplacismo. La adversidad no detendrá nuestra lucha, en la medida que más obstáculos imponga la terquedad del régimen más se alimentara la ambición popular de marchar a la Venezuela Libre y de los venezolanos.

Juventud, Acción y Democracia.



No hay comentarios:

Publicar un comentario