martes, 18 de agosto de 2015

Contra la Anti Opinión: Venezolanidad


Tenemos al frente una situación inédita para los venezolanos de este tiempo, pero que de cualquier forma ya en nuestra historia republicana hemos experimentado. Para muchos la desesperanza se ha adueñado de las entrañas del pueblo, la cual, entre otras cosas, ha empujado a nuestra juventud a legitimarse como materia predominante de exportación, vivimos en carne viva una crisis generalizada que se caracteriza por la escasez de productos de todo tipo, la sensación y vivencia de inseguridad personal, y hasta la carestía de sueldos, salarios y billetes necesarios para el día a día de los venezolanos.

Esta situación ha generado el estudio de sus causas, de sus consecuencias y numerosas especulaciones han sido notorias, en función del desarrollo de nuestra tradición democrática y la evolución de la opinión pública nacional, esta última ha carecido de la necesaria inmunidad ante la influencia de cualquier agente externo, que dependiendo del momento histórico, ha hecho que el venezolanismo sea víctima del adiestramiento y el implacable ataque oficioso de opiniones, carentes de sentido propio de construcción de propuestas unificadoras como parte del principio de la suma de todas las partes, necesarias para la fortaleza y la unidad nacional. Por el contrario, ha aumentado la constante presencia del “ANTI” en el glosario verbal venezolano de manera reiterativa e indiscriminada, haciendo las funciones de misiles teledirigidos por la Anti Opinión contra todo sentido de pertenencia y valoración del debate de las ideas.

No pretendo que se confundan estas opiniones con la exclusividad del simplismo de las posiciones políticas provocadas por la polarización, pues en el presente, esta Anti Opinión se ha infiltrado en la formación del criterio sociopolítico de las masas venezolanas, lo que ha generado la cultura de la negación de toda postura distinta a la propia sin la más mínima elaboración de argumento ni principios, en enormes burbujas de verborrea caracterizadas por no tener relación con la acción. Muy distinto es la Dialéctica, en la cual bajo argumentos, contra posiciones y demostraciones digeribles por la llamada opinión pública se enfrentan tesis y antítesis que terminan trazando líneas de conducta inspiradas, más que en el revanchismo, en la aspiración de mejores condiciones de vida según sea la visión propia del ser social y político.

A propósito de ello, pongo sobre el tapete un ejemplo que queda a la libre interpretación del que me lea y provocará la segura Anti Opinión de cualquier doliente: La Revolución de Octubre de 1945 fue respuesta a la escasa interpretación de las aspiraciones de los ignorados sectores del país negada por el Postgomecismo a la estabilidad política nacional, dicho sea de paso, amparados por la Anti Opinión dominante en la clase política de aquel régimen, desde el momento de la materialización de dicha Revolución, con la cual llegó al poder Acción Democrática y por medio de la misma se dio inicio al proceso democrático venezolano, se convocó una Asamblea Constituyente y se estableció el voto directo, universal y secreto. Al mismo tiempo, paralelamente con la guerra fría, se originó el ANTIADEQUISMO, una forma política reaccionaria inspirada en desconocer y negar toda propuesta o política implementada desde el seno del partido blanco.

El ANTIADEQUISMO fue metido en un mismo saco con el ANTICOMUNISMO, como mecanismo de hacer ver a la opinión pública internacional que no hay capacidad de combate sin la intervención de fuerzas extranjeras. Dicha Anti Opinión tuvo su base en el proceso de democratización de las instituciones y la defensa de la integridad económica nacional. Este recurso del ‘ANTI” se fue encarnizando con el tiempo para deponer el nuevo sistema democrático inspirado en el libre ejercicio de los derechos políticos del pueblo, cuyo resultado conllevó a que, por la fuerza del “no porque no”, se instaurara de nuevo un régimen militar retroalimentado por la Anti Opinión y escondido en el escudo de las obras públicas.

La democracia quedó eclipsada en una época marcada por el empeño en desaparecer a lo que oliera a ADEQUISMO (sinónimo de comunismo para quienes detentaban el poder en aquel entonces). A pesar de ello la resistencia, sin recursos, perseguida y arrinconada propuso siempre los principios democráticos contra el recurso “ANTI” que es propio del fascismo, Acción Democrática ha fijado siempre la firme posición de lucha por la Venezuela Libre, nunca adoptó las posiciones de la Anti Opinión, por el contrario, con la postura clara en la libertad política de los venezolanos, el bienestar y la justicia para el pueblo, y no menos importante, el restablecimiento del principio de solidaridad entre todos los sectores nacionales pudo dar paso real al frente.

En el 58, al recuperar a democracia se dio por sentado que la dictadura quedo atrás, pero la Anti Opinión continuó su curso, el ANTIADEQUISMO siguió alimentando su terca pelea, tan feroz fue esa batalla, que además de desconocer el costo que se tuvo que pagar para institucionalizar la democracia, con visión de castigo y venganza se le abrió las puertas a más de una década de frustración y resentimiento en el país, AD ha sido históricamente víctima de la Anti Opinión, al punto que, para matar dos pájaros de un tiro, ahora, fue metida en un mismo paquete con el chavismo, los “ANTI” hacen ver que el actual sistema es el mismo musiú pero con diferente cachimba. En la actualidad, a pesar de las adversidades, AD contribuye toda su fuerza a la Unidad Nacional, sin caer en el Anti-chavismo-madurismo-intergaláctico, sin envenenar a la opinión pública y con la firme convicción de retomar el rol pedagógico que necesita la nación.

Entonces, la Anti Opinión, producto de la poca visión de futuro y la constante intención de buscar culpables-y si no los hay, fabricarlos- es la responsable de que los venezolanos vivamos una época de incertidumbre, de contracción económica y frustración social. Venezuela quiere superar este mal, el hecho de declararse “ANTI” cualquier vaina que se aparezca y sin ningún sentido termina haciéndole el juego a la Anti Venezuela, la lucha política consiste en que cada sector mantenga su identidad, que con criterio ciudadano exista la capacidad de tomar tribuna para construir opinión, que ésta represente un pensamiento con capacidad de acción para poder determinar realmente un mejor futuro.

Aun así, todavía hay quienes se alientan del espíritu de la Anti Opinión, sin tomar en cuenta (por lo menos se presume de buena fe)  que por hacer una nueva gracia termine saliendo una morisqueta. No cedamos más ante la Anti Opinión, así como por los “ANTI” se produjeron estos 17 años frustración nacional, ese mismo “ANTI” puede llevarnos a una situación aún peor que la actual. Con responsabilidad histórica, el pueblo venezolano con aspiraciones a recuperar rumbo, con la clara convicción de evitar aventurismos mesiánicos enfrenta una nueva oportunidad, para seguir fortaleciendo la identidad y la unidad nacional ha de llevar al parlamento una nueva mayoría inmune a la Anti Opinión, verdaderamente deliberativa y leal a la venezolanidad.

 

Pensamiento y Acción