“La actual realidad que vive
Venezuela nos dice categóricamente que ésta es una República semitotalitaria”,
esto fue dicho por Raúl Leoni en el 42´ mientras el país era gobernado por
Medina Angarita con la mayor expresión del continuismo gomecista con una fachada
muy elaborada de modo de demostrar ante el mundo una “transición efectiva hacia
la democracia”. La realidad de hoy no escapa a esto.
La Democracia es una
necesidad en la vida política y social de los pueblos de la América Latina,
sobre todo en Venezuela, asumiendo que ésta es un valor adquirido con la
sangre, sudor y las lágrimas de venezolanos con ánimo de reivindicar su
condición de ciudadanos ante todo atropello y abuso de poder de las crueles
representaciones personalistas y totalitarias.
La lucha por el
sostenimiento de la Democracia, como sistema político y aún mas, como estilo de
vida nacional encuentra su génesis en los hombres y mujeres que, en cuanto
espacio fuere necesario, lo dieran todo con convicción y energía bajo la acción
pedagógica que nos aleccionara a los venezolanos incluso generaciones después.
A propósito de ello, tomando
en cuenta la formalidad de la Democracia, como dato que ilustra la perversidad
de alimentar fachadas de sanidad democrática y manipulación del mecanismo del
voto para levantar blindajes al poder que posee bajos estándares de
popularidad. Éste es el caso de Franco Quijano, hombre colombiano, conservador
a ultranza y fichaje estrella del gomecismo en sus mejores tiempos, fue
convertido en el máximo estratega electoral de López Contreras durante su
mandato y adoptado después por Medina Angarita, artimañoso en el manejo del
sistema electoral venezolano de la época.
Por sus manos pasó la
hegemonía electoral del momento, cuanto recurso le fue necesario utilizó para
desarticular cualquier triunfo de la oposición que significara peligro o
descontrol del tinglado que estableció la política nacional de la primera mitad
del siglo XX. Cualquier parecido con la actual realidad, es mera coincidencia.
Ahora bien, a pesar de esto,
la clase política de oposición en los años 30´y 40´, denigrada, descalificada y
vilipendiada constantemente por el régimen, se mantuvo siempre erguida, firme,
sin ceder terreno en la lucha por el rescate institucional del poder, de la
República, por vías dictadas por el principio y la doctrina democrática.
El ventajismo de todo
sistema semitotalitario o totalitario siempre ha tenido puños de hierro pero
patas cortas, sin desistir se debe luchar, siempre tomando en cuenta que será
una victoria importante enseñar a las masas los valores cívicos de la
Democracia para el encarrilamiento de todos los sectores al desarrollo
nacional.
En la vigencia de esta
contienda, de esta cruzada contra el chavismo totalitario, no podemos darnos el
lujo de decaer ni desanimarnos ante las arremetidas a los Franco Quijano, que
ninguna afronta nos deje permitir que nos siga ganando terreno la estrategia de
la “quinta columna”, sin miedo y con la esperanza en la Venezuela Libre siempre
intacta sigamos nuestro camino hacia la victoria, ahora el Régimen esta como
“gata patas arriba” repartiendo aruñazos a diestra y siniestra, y este momento
nos exige unificación de todas las fuerzas para robustecer nuestra causa.
A pesar de las dificultades
que se nos presentan la historia nos exige firmeza ante todo, Venezuela no
quiere estancarse ni retroceder. Continuemos adelante con la mirada puesta en
nuestro futuro.
Juventud, Acción y Democracia.