domingo, 26 de abril de 2015

Entre Soles y Estrellas


Corrupción: viene del latín CORRUPTIO, conformado por los siguientes elementos: el prefijo “con-“, que es sinónimo de “junto”; el verbo “rumpere”, que puede traducirse como “hacer pedazos”; y finalmente el sufijo “-tio”, que es equivalente a “acción y efecto”. Romper, hacer pedazos, depravar moral o simbólicamente.
Lo bien cierto o claro es que la esencia de la corrupción se encuentra en el abuso de confianza, por medio del poder, para lograr el aprovechamiento individual dentro de posiciones que pueden transformar positiva o negativamente a todo un colectivo.

Haciendo referencia a esta acepción, específicamente en el caso de Venezuela, hay documentación suficiente que indica la procedencia de la corrupción doméstica desde el mismísimo establecimiento de la República. En este sentido, cabe destacar que la corrupción de la República tiene su connotación de peso en los periodos en que ha gobernado la Fuerza Militarista, comenzando por la fase post-independentista en la cual los soldados de los ejércitos patriotas triunfantes reclamaron la propiedad sobre tierras y fundos pertenecientes al nuevo territorio nacional, prometidas por el Generalato, Alto Mando Militar de la época como bonificación por sus servicios prestados, allí viene la primera configuración de contrabando, ejercida curiosamente por quienes se constituyen en los defensores de los intereses nacionales: ¡Los soldados entonces vendieron sus cupos/parcelas de tierras prometidas por el Generalato! Esto a causa del sospechoso entorpecimiento (INOCULADO) por la plana mayor del nuevo poder político.
Otra importante referencia se encuentra en los primeros años del Reventón Petrolero, en el cual, bajo la doctrina de nuestros próceres de que la propiedad del subsuelo pertenece al Estado, los círculos del Alto Mando Militar, proveniente de las montoneras originadas en la Invasión de los 60 (cuadras guerrilleras de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez) se repartieron fraudulentamente las recién creadas “Concesiones Petroleras” con las cuales, bajo jugosas comisiones se traspaso la exploración y explotación mineral a los Emporios Petroleros del Mundo.
Sin entrar en mayores detalles historicistas, pareciera que se ha formado, junto con la identidad nacional venezolanista, la cultura de la descomposición, en todos los estratos sociales se ha institucionalizado la corrupción en nuestro país. Es ese el motivo más grande de la organización de los cuerpos civilistas prodemocráticos del pasado siglo, aquellos que se convirtieron en próceres de la Democracia en la lucha por el establecimiento del Estado de Bienestar como sistema gobernado por civiles, del que se sigue fortaleciendo la esperanza aun en la interrupción ocasionada por la actual clase política en el gobierno.
Hoy, bajo este gobierno de raíz militarista se reavivó el germen de la corrupción, quienes bajo banderas populares y de proteccionismo social vienen desangrando a la sociedad y economía nacionales, luego del perfeccionamiento del “Cadivismo” mediante los más poderosos dueños de las Estrellas y los Soles de las Fuerzas Armadas, personeros se hacen grandes fortunas entre el tráfico del Dólar Preferencial y el Dólar Paralelo o Permuta. Mientras que este parasitaje va desmontando nuestro aparato productivo nacional, el manualismo CHAVISTA-MARXIANO-INTERGALÁCTICO ha levantado una fachada comunicacional con cortinas de humo que pretenden tapar su nefasta gestión creando conceptualmente al “Enemigo Nacional” bajo la figura del “Raspa cupo”. Como si con esto pudieran tapar la naturaleza “Raspa Reserva” de la calaña que nos gobierna.
La realidad es que, aunque este régimen haga pensar que el “bachaqueo” de productos y servicios es el mal que ocasiona todas las aflicciones a la economía del país, se nota con pelos, señales y caracteres que, por el contrario, al igual que en el tráfico de trozos de territorio del siglo XIX y el tráfico de concesiones petroleras del gomecismo del siglo XX, el tráfico y blanqueamiento de dólares de este siglo XXI es promovido y comandado por el Alto Poder escondido entre Soles y Estrellas.
El mal de la corrupción, en definitiva, es como una plaga que se debe controlar con mucha meticulosidad desde las Instituciones de la República, todo sujeto o entidad es propenso de contagiarse con este vicio, pero es una intolerable realidad que bajo el yugo de quienes juran amor y defensa a la nación, irónicamente sean estos quienes hipotequen el futuro de gente que con trabajo y esmero quiere vivir el Progreso, el Desarrollo y la Libertad en tiempo real y no como una realidad virtual alentada por la parsimonia de un Generalato de quienes no han ganado una sola batalla en el campo de guerra.
Democracia en Acción


  1.